
A unos 40 km de Madrid se encuentra este restaurante de cierto renombre, SALA, apropiado para celebraciones familiares, pero también para una escapada desde Madrid, con la garantía de una buena comida.
La carta es amplia y con opciones muy apetecibles, pero suele ser habitual para los que hemos almorzado allí en anteriores ocasiones, optar por el "menú" no escrito, que es casi un ritual: croquetas; gambas a la plancha y una buena carne. En este caso añadimos rodaballo a la plancha, tan bueno como todos los demás platos que hemos pedido.
Lo que no estuvo a la altura fue el vino, un Pétalos del Bierzo (30€) que ya conocemos de otras ocasiones, pero que teníamos que haber rechazado porque desde el principio no nos supo bien del todo.
Muy recomendable. Hoy, no obstante, el servicio estuvo poco amable.
Nuestra calificación "BUENO". Precio medio: 40 euros por persona, sin bebidas.
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