Hacía tiempo que queríamos conocer este restaurante del que tan buenas críticas nos llegaban. La buena vida es un restaurante centrado en el producto, con la calidad de la materia prima
como leit motiv.
Cuenta con un pequeño local, apenas una docena de mesas; coqueto es la palabra. El menú es muy breve m, pero tiene opciones interesantes fuera de carta. En esta primera visita nos hemos dejado aconsejar y compartido el huevo frito, con patatas, papada y trufa negra; una delicatessen.

Continuamos con el pato azulòn (también fuera de carta)y la raya a la mantequilla negra, muy ricos ambos platos.


De los postres probamos la tarta de queso, rica, aunque por debajo de las de Cañadío/ La
Bienaparecida/ Café Santander y la de Fismuler, posiblemente nuestra favorita.

Acompañamos la cena con un viejo conocido que nos gusta mucho y que tenia un precio muy razonable, Prima, de Toro.

Nuestra conclusión Gastrochic es BUENO. Ambiente sosegado; local agradable y buen servicio. Recomendado para disfrutar de una conversación tranquila.
Precio medio: 60€ por persona, bebidas aparte
Dirección: Conde Xiquena, 8
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