
Saddle, recientemente premiado con su primera estrella Michelín, ha sido el lugar elegido para una celebración especial, buscando una cocina de calidad, pero también un sitio elegante y de cierto nivel, sobre el papel. La elección fue acertada e incluso diría que superó nuestras expectativas. Ocupa el local que en otra época correspondió a Jockey, cuya fama no requiere mayor detalle. El local ha sido remodelado, con decoración en tonos sobrios, bonita, con mesas separadas suficientemente y cocina a la vista desde todo el salón principal.

La carta es breve pero completa, con referencias a la caza (pichón, corzo...) y algunos platos de cuchara (lentejas, callos estilo Jockey). Sendos aperitivos iniciaron la cena, seguidos de una excelente mantequilla salada como porción extraída de un enorme cono .
Comenzamos compartiendo como entrantes el paté en croûte, muy rico y el tartar de gamba roja de Garrucha, exquisito.
Continuamos con el rack de cordero, con pastela de berenjena - muy rico, aunque quizá con un punto de más- y el rodaballo con salsa bearnesa, muy bueno.
Finalizamos con un tiramisú deconstruido, muy bien logrado y un mini postre detalle de la casa.
El servicio excelente; por otra parte, qué menos pedir en un estrella Michelín: había aproximadamente un camarero por mesa. La carta de vinos tan completa como alineada en precios con el resto del menú.
Destacar los variados carritos que deslizaban sigilosamente por entre las mesas: el de quesos, con un aspecto extraordinario y muy surtido; el de bebidas, con amplia selección de alcoholes y el de cafés.
Como conclusión, restaurante muy recomendable, especialmente para celebraciones.
Valoración general: EXCELENTE.
Precio medio: 85€ por persona, bebidas aparte.
Dirección: calle de Amador de los Ríos- 6; Madrid
página web: https://www.saddle-madrid.com
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